Antes que nada, advierto que no tengo el mínimo interés en que la llamada marcha ILUMINEMOS MEXICO fracase, pero ante lo evidente, no puedo cerrar mi razón. Tengo alguna experiencia en la organización y participación en marchas ciudadanas de protesta, por lo que me atrevo a efectuar un análisis de ésta programada para el Sábado 30 de Agosto de 2008. Hace varios meses se efectuó en el Distrito Federal una gran marcha ciudadana en protesta contra la inseguridad. Que yo sepa, esta marcha ha sido la de mayor participación de que se tenga memoria. Minimizada por las autoridades (en especial “ el Peje”) y magnificada por los organizadores, finalmente coincidieron los criterios en que al menos un millón de ciudadanos habían participado en ella. Sin embargo, a muchos meses de distancia, los ciudadanos nos preguntamos: ¿de qué sirvió? y no precisamente nos hacemos esta pregunta por obtusos, porque no veamos los alcances de la expresión ciudadana, sino porque de esa fecha a la presente, la inseguridad de ha multiplicado, sin que los organizadores se hayan vuelto a manifestar. Tuvo que suceder el lamentable caso del niño Martí para que despertaran de su letargo y volvieran a alzar la voz, pero la alzaron para volver a lo mismo, para participar antes que en la marcha, en una reunión en la que fueron utilizados para rubricar una serie de acuerdos tomados que únicamente fueron copiados de las minutas de reuniones anteriores. Recuerdo que con el presidente Zedillo se efectuó una, con el presidente Fox se efectuó otra y ahora con el presidente Calderón la última (hasta hoy), pero analicemos qué ha pasado en la semana transcurrida desde que se efectuó esta reunión: -A nivel nacional han ejecutado a más de diez personas diarias en acciones del crimen organizado. Aunado a esto, los grupos que se han erigido como organizadores y “dueños” de la marcha, pretenden enfocar la expresión ciudadana a actitudes timoratas y cursis. -Pretenden que la gente marche en silencio. La mejor prueba de ello es la carta que dirigieron las fuerzas vivas de mi ciudad a funcionarios estatales, pero sin tocar ni con el pétalo de una rosa a la máxima autoridad estatal y por ende, el responsable del actuar de esos funcionarios a los que se dirigieron: El Gobernador del Estado. Carta que fue escrita en letra microscópica e insertada en un medio local. Carta que dice todo y no dice nada. Carta en que no hay señalamientos concretos sino simples balazos al aire. Tímida y cuidadosa de intereses al fin. Carta que por única respuesta tuvo el cese de un viejo servidor público, con una hoja de servicios no creo que alba y pura, pero si menos sucia que la de muchos que permanecen en el cargo por ser recomendados ó hijos de familias beneficiarias de la revolución. De todo lo anterior, colijo: -No se vale cambiarle el nombre a una marcha de PROTESTA CONTRA LA DELINCUENCIA por el de “iluminemos México ” con un programa cursi y mamón. Qué va a pasar si un ciudadano asiste con una pancarta donde consigne su sentir muy propio y uno de los “dueños” de la marcha pretenda prohibirle que la exhiba ó peor aún pretenda despojarlo de ella. ¿Se van a liar a golpes en el marco de una marcha pacífica y ordenada por la paz y el alto a la delincuencia? Todavía estamos a tiempo de cambiar el enfoque y la convocatoria de esta marcha para que sea un éxito. Ojalá y los afanes protagónicos sean desplazados por la mesura.
Con mis mejores deseos: Antonio Williams mejor no se puede decir. |
lunes, 1 de septiembre de 2008
excelente comentario sobre la marcha de los pirrurris
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