TUCSON, Arizona - El inmigrante indocumentado Jesús Manuel Córdova no se considera un héroe después de salvar la vida de un niño de nueve años en el desierto de Arizona, a pesar de arriesgarse a ser detenido y deportado.
Padre de cuatro niños, Córdova de 26 años y mexicano, aseguró que sólo pensó en sus propios hijos cuando vio al menor solo y necesitado de ayuda en medio de la nada. "No lo podía dejar ahí solo, yo sabía que me podían agarrar, pero ese niño me necesitaba en ese momento", dijo el inmigrante mexicano en entrevista con Efe vía telefónica desde su casa en Magdalena de Kino, en Sonora (México).
La semana pasada, Córdova llevaba cerca de dos días caminando por el desierto de Arizona, a menos de ocho horas a pie de la ciudad de Tucson, cuando se encontró a Christopher Buztheitner, de 9 años, quien viajaba con su madre el día de Acción de Gracias, cuando ésta perdió el control del auto que conducía y cayó por un barranco.
El menor y su madre, Dawn Alice Tomko, se encontraban de campamento cerca de la frontera con México, y al no poder hacer nada por ella, el inmigrante indocumentado decidió permanecer con el niño y protegerlo del frío haciendo una fogata.
Hoy por mí, mañana...
"Sólo hice lo que me salió del corazón, a mí me gustaría que si algún día mis hijos están en esa situación, también alguien trate de ayudarlos", dijo el inmigrante.
"Mucha gente dice que soy un 'héroe' pero yo no me siento como uno, aunque sí me pregunto ¿cuánta gente hubiera hecho lo mismo en mi lugar?", agregó.
El hombre permaneció con el menor por cerca de un día, mientras llegaban las autoridades a socorrerlos, a pesar de que sabía que corría el riesgo de ser detenido por la Patrulla Fronteriza y de ser deportado, tal y como ocurrió.
"Se quedó con él, trató de consolarle. Sin duda, le salvó la vida", dijo el alguacil del condado Santa Cruz, Tony Estrada.
Según el alguacil, las acciones de Córdova son una muestra de que no todos los inmigrantes indocumentados son criminales, sino hombres y mujeres de "buen corazón" que solamente cruzan la frontera para buscar una mejor oportunidad de vida.
El inmigrante indocumentado permaneció cerca de 14 horas con el menor, hasta que un grupo de cazadores los encontraron.
No se pudo despedir del niño
"Lo único que me duele es que no me pude despedir de él, solamente recuerdo que me dijo 'gracias' en español", recordó el inmigrante.
Indicó que de alguna forma también sintió tristeza cuando fue arrestado por la Patrulla Fronteriza porque se encontraba muy cerca de alcanzar su meta, pero de ninguna forma se arrepiente.
"Por algo Dios hace las cosas, él me puso en el camino de ese niño, ¿que hubiera pasado con él, sino yo no hubiera cruzado la frontera de manera ilegal?", finalizó.
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Estas noticias son las que todavia nos recuerdan que somos seres humanos; no como las pendejadas que dice santiago creel el charrito de chocolate.