Itinerario Político |
Ricardo Alemán El Universal Domingo 10 de agosto de 2008 |
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Empoderamiento de Calderón Anuló lucha interna del PAN Vistos a la distancia, los cambios en el gabinete de Felipe Calderón parecen confirmar una indeseable concentración de poder que, de continuar por ese camino, no le auguran nada bueno al PAN. Vamos por partes. ¿Qué ha pasado en el PAN y en el gobierno que ha propiciado una concentración de poder que no conocían los azules en siete décadas de vida? Poca cosa, que cuando AN llega al poder —porque la de Fox fue una presidencia pirata, en todas sus acepciones—, el heredero de las gestas panistas, Calderón, parece empeñado en demoler los pilares de la oposición interna sobre los que se construyó el partido y que eran su savia y razón de ser. TODAS LAS FACULTADES Calderón ganó la candidatura presidencial por el PAN luego de una feroz batalla interna que dejó ver una saludable pluralidad y oposición intramuros de los azules. A su vez, estableció alianzas regionales que le permitieron mantener el control del partido en su lucha contra Santiago Creel y luego frente a López Obrador. Esas alianzas se traducen, como todos saben, en posiciones una vez alcanzado el poder. Por eso, al integrar su gabinete, repartió posiciones a sus aliados, como Francisco Ramírez Acuña, Beatriz Zavala, Germán Martínez, Eduardo Sojo, entre muchos otros. También repartió espacios a adversarios como Alberto Cárdenas —ayer pretenso candidato presidencial y hoy titular de Sagarpa—, y colocó a de ex priístas que se aliaron a él, como el secretario del Trabajo, Javier Lozano, y Jesús Reyes Heroles, en Pemex. Pero pronto se pagaron las facturas a los aliados —lo que habla del poco valor de las alianzas, o del escaso pago por parte del Presidente—, y salieron de sus cargos como secretarios de Estado Ramírez Acuña y Zavala, y recientemente Sojo. En los tres casos, los relevos no fueron experimentados hombres de la gobernación, de las políticas públicas y menos de la economía y la creación de empleos. En los tres casos, Juan Camilo Mouriño, en Gobernación; Ernesto Cordero, en Sedesol; y Gerardo Ruiz Mateos, en Economía, no tienen más cartas credenciales que contar con la amistad del Presidente. ¿Qué no era de eso de lo que se quejó durante siete décadas el PAN, en los autoritarios y nada democráticos gobiernos del PRI? Bueno, lo que estamos viendo es que paso a paso el Presidente moldea o remodela su gabinete a partir de la premisa no de los más hábiles, capaces, preparados —sean del PAN o no, del grupo calderonista o no—, sino de los más leales. ¿Qué quiere decir eso? Que el presidente panista en turno ha concluido que un gobierno eficaz es aquel con la concentración total del poder. Cosa curiosa, porque es lo mismo que hacían los presidentes priístas de los tiempos de la antidemocracia y que siempre cuestionó el PAN. EL CONTROL DEL PARTIDO La salida de Germán Martínez de la SFP no tiene la misma lógica que los anteriores cambios. El paisano de Calderón pertenece al selecto grupo de los “amigos del Presidente” y quedó claro que es uno de los amigos más confiables de Calderón. ¿Por qué? Por el curioso y sutil detalle de que le encargó la gerencia del PAN. Y es ahí donde más se ha sentido la concentración del poder presidencial. Vimos cómo desde Los Pinos se cortaron todos los apoyos al entonces presidente nacional del PAN y pretenso a la reelección, Manuel Espino. Presenciamos el feo espectáculo de que desde la casa presidencial se anularon los potenciales aspirantes a la dirigencia del PAN, hasta convertir a los azules en una copia del PRI en sus mejores tiempos de partido de Estado. Calderón también concluyó que el mejor gobierno es aquel que tiene en un puño a su partido —lo que siempre cuestionó el PAN de los gobiernos priístas—, y que lo mejor era que ese partido funcionara a partir de la disciplina y la lealtad, y no como siempre ocurrió en AN, donde se daba una feroz lucha de contrarios que repartían el poder, las responsabilidades, pero siempre siguen defendiendo una causa común. No, esa clase de partido ya no sirve. Sirve el que está sometido al poder presidencial. Y punto. CONVIDADOS DE PALO Así, fueron echados del paraíso y hasta del limbo aliados y adversarios del presidente Calderón —incluido el indeseable para los calderonistas, Santiago Creel—, a pesar de lo cual recién nos ofrecieron un espectáculo digno de los mejores tiempos del PRI. En León, Guanajuato —en un acto al que no acudió el Presidente—, se reunió toda la claque panista y se hizo creer a los ingenuos que los tiempos de amor entre los azules habían regresado y que los tiempos de odio estaban lejos. En una reconciliación mediática, Germán Martínez reunió a Fox, a Espino y a otros que apenas en semanas y meses recientes habían sido echados de la casa azul. Demostración de fuerza de AN que más bien parece una respuesta mediática a una emergencia que se avecina: la elección federal de 2009, con sus réplicas locales y en la capital del país. Por eso, porque Martínez es un político pragmático, echó a caminar una singular operación cicatriz “y sana, sana, colita de rana”. Todos felices y contentos. El PAN está fortalecido, va unido al 2009. De ese encuentro salió, incluso, un golpe mediático que más que estrategia y táctica parece eslogan para un espectáculo de momias: “Vamos a guanajuatizar al país”, gritó Martínez. En los días siguientes nadie supo explicar qué era guanajuatizar al país ni al PAN, y el dirigente nacional del partido debió explicar luego que “lo que quiso decir” es que se pretendía fortalecer al partido. En Guanajuato el PAN y el gobierno estatal y la mayoría de los gobiernos municipales están en poder de El Yunque. El Yunque se ha convertido, en Guanajuato, en una vulgar copia del viejo PRI; con un control clientelar, en medio del imperio de la corrupción política, de guerras entre empresarios de extrema derecha que se dicen perseguidos por la extrema derecha, y una clase política de un tamaño minúsculo. ¿Eso quiere Germán Martínez para el país? No, enseñó la zanahoria luego del garrote que blandió para echar al Grupo Guanajuato. Pero la realidad es otra. El foxismo, el mismo que hizo hasta lo imposible por impedir que llegara al poder Calderón, fue echado de la casa para luego ser llamado no a ocupar un lugar en ella, sino a pintar la fachada. Y es que no es lo mismo estar dentro de la casa, compartir la recámara principal, participar en las decisiones, que ser llamado a pintar la fechada —por cierto, ya bastante fea— para la fiesta de 2009. Le salió bien el numerito a Germán Martínez y, en una de esas, hasta Fox se la creyó. EN EL CAMINO Sin la firma del autor, sin el sello de EL UNIVERSAL, y el cabezal de “Itinerario Político”, circula en internet el texto del Itinerario Político del pasado lunes 4 de agosto, titulado: “Martí: ¡Ya basta! de Estado ineficaz”. El plagio es utilizado para promover una manifestación contra el secuestro. Nos deslindamos de la convocatoria y la organización de dicha marcha. Pinche hipócrita como si no supiéramos la clase de arrastrado y vendido que es.
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domingo, 10 de agosto de 2008
Aleman tirandole patadas al pesebre
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